LAS NECESIDADES DE LA PAREJA
Cuando una pareja inicia la vida en común, la vida de ambos
se entrelaza y cada uno busca satisfacer las necesidades emocionales, sexuales
y psicológicas del otro con una energía aparentemente inagotable. El sacrificio
y el compromiso se hacen con facilidad y
las críticas son pocas. (Cuando todo va
bien)
En esta nueva unión ambos empiezan a desarrollar sus papeles y responsabilidades
particulares en el hogar.
Uno aprende del otro y ambos establecen las bases
para su futura vida juntos. Así mismo dedican mucha energía a lograr su
independencia respecto de los padres y a incrementar la intimidad entre ambos.
Cuando la pareja decide tener hijos la relación
esposo-esposa cambia drásticamente. Se dedica menos tiempo a la pareja, ya que
ser padre adquiere prioridad. Tanto el esposo como la esposa deben adaptarse a
nuevos roles y responsabilidades. El hombre generalmente desarrolla mayor
motivación para lograr una seguridad económica que con frecuencia implica que
pase más tiempo fuera de la casa. La mujer, en un estilo familiar tradicional,
se dedica a desarrollar quehaceres maternales y pone su atención en su o sus
hijos.
Varias parejas experimentan una disminución en la frecuencia
de las conversaciones acerca de ellos mismos o de su relación. Existe menos
romance, ya que generalmente los dos se encuentran sin la energía necesaria o
están preocupados por los problemas de la familia. Sin una comunicación
adecuada y sin esforzarse por mantener la relación amorosa, la pareja corre el
riesgo de convertirse en “extraños familiares”.
La primera crisis de desarrollo en el matrimonio se resuelve
generalmente cuando la pareja afronta el problema y ajusta sus rutinas para
restablecer las rutinas que tenían. Una segunda crisis surge cuando los hijos
necesitan cada vez menos cuidado y la protección materna. La mujer sin su rol
de madre, generalmente se cuestiona su valor y propósito en la familia y corre
el riesgo de volverse ansiosa, insegura y deprimida y puede arrepentirse por
los años en que no llevó a cabo sus ambiciones o por no haber terminado su
carrera profesional.
Al final de los 40 y principios de los 50 muchas mujeres
hacen una evaluación profunda de sus vidas.
El primer paso para manejar estos períodos es:
- Aceptar la confusión, ansiedad y posible depresión como parte del proceso de re-descubrimiento.
- 2. Tomarse un tiempo de retraimiento para reflexionar acerca de sus pensamientos, sentimientos y planear su futuro.
- 3. Buscar fuera de casa experiencias satisfactorias y productivas con el fin de desarrollar nuevas habilidades y conocimientos que le permitirán realizarse como persona y no sólo como esposa y madre.
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